martes, 17 de abril de 2012

ESPARTANOS


ESPARTA

El mundo de los espartanos es algo que se puso muy de moda a raíz de la película estadounidense 300, basada además en un episodio real con toques legendarios que recogieron todos los historiadores de la antigüedad: la batalla de las Termópilas. Hasta el día de hoy nos ha llegado la expresión de que algo es “espartano”cuando queremos decir sin lujos o austero y es que el modo de vida de los espartanos es bastante peculiar y diferente al nuestro. Vamos a intentar analizar de forma clara y sencilla su sociedad.
Como en toda la Grecia antigua Esparta era una de las ciudades estado más importantes del momento, cuyo punto álgido podemos decir que está en torno a los siglos VII ac – VI ac y que terminará de forma definitiva ante la dominación romana de Grecia.
Esparta se encontraba situada entre en la península del Peloponeso a orillas del río Eurotas. Era un territorio formado por poblados campesinos cuyas tierras fueron conquistadas por los espartiatas alrededor del siglo VI ac. A raíz de estas conquistas la sociedad se dividió en tres estratos fundamentales:
  • homoio o iguales, estos son los conquistadores y sus descendientes
  • periecos, los descendientes de los pueblos que se entregaron pacificamente en la conquista. No eran ciudadanos pero se les permitía negociar, trabajar en fábricas, etc
  • hilotas o esclavos, eran los descendientes de los pueblos que tuvieron que ser conquistados por la fuerza. No se les permitía el comercio y eran una especie de esclavos estatales, adscritos a unos lotes de tierra fija.
Como os podéis imaginar los que mejor vivían de todos eran los homoio o ciudadanos de pleno derecho, aunque su modo de vida era muy duro comparado con lo que entendemos a día de hoy por vivir bien. Eran estos homoio los que vivían en sus carnes la famosa educación espartana que tan valerosos guerreros los hacían.
Los homoio, nada más nacer, eran examinados por un consejo de ancianos que evaluaba quienes eran aptos para seguir con vida y quienes no. Los que no eran aptos eran abandonados o sacrificados a las afueras de la ciudad. Los que tenían la suerte de seguir adelante serían educados al modo espartano. Es decir, vivían con sus familias, más bien con sus madres, hasta la edad de 5 o 7 años. A partir de esa edad eran entregados al estado que completaban su formación, de una manera muy dura, hasta hacer de ellos soldados. Su educación se basaba sobre todo en la educación física, el honor, entrenamientos militares y lectura. No había nada más importante para un espartano que el honor y la guerra. La alimentación de los niños mientras estaban en este agogé, así se conocía a la educación, era muy escasa y muchas veces tenían que robar o ir de caza para poder salir adelante. Si no superabas la agogé no era considerado ciudadano. Este etapa duraba aproximadamente hasta los 20 años donde su vida era especialmente dura: la escasez de comida se completaba con ir descalzos, poca ropa de abrigo, rituales de supervivencia durante varios días en los bosques, latigazos sistemáticos... La creación del ciudadano soldado era tal en los espartanos que entre sus lemas se encontraba: “vencer o morir;” incluso las propias madres de los soldados, cuando iban a la guerra, les decían: “vuelve con tu escudo o sobre él”. Es decir, gana o muere.
En cuanto a la positivo, para ellos, es que nada más nacer, por ser homoio les entregaban un lote de tierras con unos cuentos hilotas que trabajan para él, para que él pudiera dedicarse a la vida militar sin dar otro palo. Normalmente los hilotas tenían que darle ¼ de la cosecha.
Los espartanos, por su constitución, tenían prohibido tener lujos, por ejemplo poseer oro o plata, se bañaban en agua fría, comían de forma muy sobria, llevaban el pelo cortado a la raíz hasta que cumplían la mayoría de edad cuando se dejaban crecer melena. Tenían además la obligación de contraer matrimonio para tener hijos y eran un número francamente reducido, alrededor de los 20.000, con lo que practicaban una política de miedo contra los hilotas que los superaban en cantidad ampliamente.
Los homoio, que luchaban como hemos dicho contra la vida opulenta, llevaban a cabo comidas comunitarias, por eso que aunque no se les permitía el lujo, no podían ser pobres y debían administrar correctamente sus bienes porque tenían que contribuir con unas cantidades fijas de alimentos para estas comidas comunitarias. Estas se llamaban fiditías, que como se puede ver su término está relacionada con la amistad (fidelidad). Los espartanos comían de quince en quince y a menudo dejaban participar a los niños que estaban en formación. Cuando un muchacho entraba a participar en una fiditía, se acercaba al más anciano de los hombres y señalando las puertas decían: “fuera de estas no ha de salir palabra”. Si alguno de los homoio no podía poner su aporte para la comida comunitaria perdía su condición de ciudadano. Como anécdota indicar que lo que solían comer los espartanos, que era como la comida típica, algo así como decir paella en Valencia, era el caldo negro. Era carne de cerdo o jabalí, cocinado en su propia sangre y aderezado con vinagre y sal, es decir nuestro estómago creo que no estaría muy a gusto consumiéndolo.
Como curiosidad final quiero hablaros de un episodio que recoge Heródoto ocurrido durante las Guerras Médicas. Las Guerras Médicas, eran las batallas de los griegos contra los persas (medos) en el siglo V ac, donde lograron vencer los griegos. Os quiero hacer un breve apunte para que comprendáis lo de la austeridad espartana. Durante esta guerra y tras la huída de Jerjes y Mardonio (persas) el rey espartano Pausanias encontró los enseres que utilizaban los persas para comer: mantelerías, ricas vajillas de oro y plata, todo muy suntuario y mandó por un lado preparar la comida al estilo persa y por otro lado al estilo espartano. Una vez hecho esto mandó llamar a los otros jefes griegos y les dijo: “Griegos la razón por la cual os he convocado aquí es que quiero demostraros la insensatez del persa que pese a tener medios de vida como los que veis aquí, ha venido a nuestra patria a arrebatarnos los nuestros, que son tan míseros”.
Genial, ¿no? Otro día hablaremos de las Guerras Médicas que engloban las batallas más clásicas y conocidas de la historia: la batalla de Maratón, de Termópilas, Salamina, etc

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