jueves, 24 de mayo de 2012

EL MOTÍN DE ESQUILACHE


  ¿Qué fue el motín de Esquilache?

Durante el reinado de Carlos III, el rey Ilustrado, en marzo del año 1766 se produjo una revuelta contra los ministros de hacienda, Squilache y el de interior,  Grimaldi, a raíz de un bando real que prohibía el uso de la capa larga y del sombrero de ala ancha. Esta prohibición venía de las ideas Ilustradas, que pretendía sanidad y limpieza y sobre todo acabar con la posibilidad de esconder armas en el ala del sombrero o camuflarse entre la capa para obtener anonimato. Por ello, solicitaba que se usase por ley un sombrero de tres picos y una capa corta.

  Consecuencias

El bando, con la prohibición del uso de esta ropa, llenó Madrid de carteles, pero cuenta la crónica de la época que horas más tarde, ya se habían arrancado todos. Hay que decir que era una época muy dura: había una sequía que duraba ya tres años y el pan había pasado de costar, gracias al ministro de Hacienda y a la liberalización de su comercio, el tal Squilaeche, de ocho a doce cuartos aquel año. Es decir la crisis económica era muy dura, y en circunstancias así, es muy sencillo que la población explote, sobre todo si además es instigada por cabezas pensantes. Los rumores indican que fueron los jesuitas y el Marqués de la Ensenada, parte de los instigadores de la revuelta. Se quejaban además de que un ministro de origen extranjero quisiera imponerles vestimentas foráneas.
            Los amotinadores desafiaron a los alguaciles y a la tropa que pretendían tijera en mano acortar las capas o coser en tricornio los sombreros de ala ancha y llegaron finalmente a la casa de Squilache, la cual saquearon, haciendo lo mismo con la de Grimaldi, que era ministro de Estado.
            Días más tardes y continuando la revuelta, el rey permitió a los amotinados que entrasen en la plaza del palacio real, algo que hicieron en tropel, vestidos además con el atuendo que intentaban prohibirles. Elaboraron una serie de peticiones que le solicitaron al rey:
1.    Que se destierre de los dominios españoles al marqués de Esquilache y a toda su familia.
2.    Que no haya sino ministros españoles en el Gobierno.
3.    Que se extinga la Guardia Valona (que era de origen extranjero)
4.    Que bajen los precios de los comestibles.
5.    Que sean suprimidas las Juntas de Abastos.
6.    Que se retiren inmediatamente todas las tropas a sus respectivos cuarteles.
7.    Que sea conservado el uso de la capa larga y el sombrero redondo.
8.    Que Su Majestad se digne salir a la vista de todos para que puedan escuchar por boca suya la palabra de cumplir y satisfacer las peticiones.

El rey aceptó todas y cada una de las peticiones, y por la noche huyó a Aranjuez con toda su familia y la guardia Valona. Se temió entonces que hubiera duras represiones lo cual no ocurrió lo que demuestra por un lado lo bienintencionado que era el rey, pero por otro lado que detrás de ese movimiento general de insumisión había gente importante que respondería pagando los destrozos.
            El Conde de Aranda fue llamado a instaurar el orden: lo que había ratificado Carlos III se cumplió, se mandó al exilio a Esquilache, se prohibió la guardia Valona, al menos en Madrid, y se bajó el precio del pan. Los españoles dejaron de usar la capa larga y el sombrero de ala ancha cuando el Conde de Aranda los convirtió en vestuario oficial del peor de los oficios, el del Verdugo. Como hemos dicho antes, la culpa de todo se la echó a los jesuitas, que fueron expulsados de todos los reinos hispánicos al año siguiente, y al Marqués de la Ensenada, desterrado a Medina del Campo, donde terminó sus días.

jueves, 10 de mayo de 2012

MACHU PICCHU


 MACHU PICCHU
  • Las ruinas de la última gran ciudad Inca.
El imperio incaico se desarrolló en América del Sur, entre los siglo XV y XVI. El desarrollo se produjo a raíz de la victoria de las etnias cuzqueñas (actual Perú) sobre las tribus chancas en el año 1438.
A partir de ahí se produjo un enorme desarrollo y expansión del imperio Inca que perecería tras la llegada de los españoles. El encargado de acabar con este imperio fue Pizarro (junto a ciertos colaboradores), que además tuvo la suerte de que en ese momento el imperio Inca acababa de salir de una Guerra Civil con lo que en parte estaba debilitado. Pizarro acabaría con la vida de Atahualpa, el último gran señor Inca.
No obstante, hubo una continuación a raíz de unos incas rebeldes, que se instalaron en Vilcabamba, su último bastión. El último de ellos, Tupac Amaru, ha permanecido como un ícono de la independencia de América latina frente a los extranjeros. Fue detenido por los españoles y ejecutado en Cuzco en el año 1572.
Hay que pensar que los Incas, que se autodefinían como seres divinos descendientes del sol, gobernaron un inmenso imperio habitado por doce millones de personas a lo largo de 4000 kilómetros de los Andes y unido gracias a una red viaria que alcanzaba los 40.000 km.
No sería hasta el año 1911, cuando el estadounidense Hiram Bringham llegaría a las ruinas de Machu Pichu cuando lo que buscaba realmente eran la ubicación de Vilcabamba, en el valle del río Urubamba.
Aunque toda su vida Hiram Bringham creyó que Machu Picchu era Vilcabamba, hoy en día los estudiosos han determinado que este último bastión Inca estaría situado a unos cien kilómetros al noroeste de Machu Picchu, en una zona conocida como Espíritu Pampa.

  • La primera expedición a Machu Picchu.

Es cierto que desde el siglo XIX se nombra el enclave donde está asentado Machu Picchu en los mapas pero nadie había puesto un pie en las ruinas hasta la llegada de Hiram Bringham, cuya información sobre las ruinas se la dieron unas familias indígenas que vivían en Aguas Calientes. Fue una expedición complicada la del año 1911 puesto que todos los edificios estaban cubiertos de maleza y fue una ardua labor sacarlos a luz con calor, humedad y a una elevada altitud. Hay que tener en cuenta que en aquella época la arqueología todavía era una aventura y solo hay que echarle un ojo a los relatos de los expedicionarios que contaban cosas como desgarros en las piel, espinas clavadas y trabajando muchas veces al borde de enormes precipicios.
Hay que decir que Hiram Bringham era profesor de la Universidad de Yale y la expedición la llevó a cabo con fondos de la National Geographic Societe, con lo que eran verdaderos científicos los que llegaron hasta allí.
  • ¿Qué fue Machu Picchu?

La ciudad fue construida en el siglo XV , en tiempos de Pachacuti, el vencedor de la guerra de los Incas contra los chancas, por lo que Machu Picchu comenzó a construirse en la época de mayor auge militar y econòmico de los incas. La ciudad fue erigida, habitada y abandonada en menos de cien años. Su abandono debió de ser programado debido a la escasez de restos metálicos del yacimiento.
Machu Picchu se divide en tres partes: una zona ceremonial, otra residencial y una zona de terrazas de cultivos. Debido a la escasez de tierras en los Andes, los Incas construían terrazas superpuestas que rellenaban de tierra y era donde cultivaban el maíz y la coca, los cultivos que se producían en esta ciudad. Al ser una zona muy empinada, a parte de las terrazas, abundan también escaleras talladas en la piedra. El conjunto y la orografía del terreno es muy simbólica con lo que ha dado lugar a diferentes interpretaciones sobre su utilidad. Los Incas veneraban las montañas y Machu Picchu está enclavada en una cresta entre dos montes vinculados al plano simbólico: pico viejo o Machu Picchu (2900m.) y Huayna Picchu (2600m.) Además están circuncidado por el río Urubamba que también tenía connotaciones sagradas. Los Incas adoraban ciertas montañas y ciertos ríos, con lo que el enclave de Machu Picchu no deja de ser muy significativo a nivel simbólico. Contaba además con una gran roca labrada conocida como intihutana que actuaba como reloj solar y marcaba los solsticios de verano y de invierno.
  • La leyenda de Machu Picchu.

Seria el arqueólogo estadounidense Hiram Bringham el que dio un aire mítico a todo el recinto, utilizando nombres apasionados para las magníficas obras arquitectónicas que encontró. Por ejemplo, a un torreón que contaba con una función astronómica precisando el cálculo del solsticio de invierno, lo llamó “Templo del sol”. A un especie de palacio que seguro que estaba dirigido a la clase sacerdotal, lo llamó el “Palacio de la Princesa” y a un precioso templo ubicado cercano a una plaza lo llamó “Templo del Cóndor”, que contaba con pasajes y edificaciones subterráneas y a otro “Templo de la luna”, que era una cueva de uso funerario.
También durante la segunda expedición de Hiram Bringham en el año 1912 y por error de un osmólogo que los acompañaba, se pensó, tras llevar a cabo excavaciones en un cementerio, que Machu Picchu estaba poblado solo por mujeres. Se pensó que era una ciudad refugio para las “vírgenes del sol”. Esto recogía una vieja tradición Inca que escogía a las niñas más bellas e inteligentes de ocho años y pasaban a la “casas de las elegidas”, donde aprendían a confeccionar tejidos y a elaborar la chicha, bebida sagrada a base de maíz fermentado. A los catorce años, algunas eran ofrecidas como esposas a jefes de territorios anexionados y otras se convertían en mamacunas o sacerdotisas, conocidas como “vírgenes del sol”. En realidad Machu Picchu estaba formada por una población mixta, con un número de hombres muy parecido al de mujeres, contando con una población total de unos mil habitantes.