miércoles, 14 de marzo de 2012

ALEJANDRO MAGNO


Alejandro Magno fue uno de los personajes más importantes de la historia universal porque a pesar de gobernar tan sólo durante trece años consiguió expandir el mundo griego hasta los límites de la tierra conocida. Fue rey desde el 336 al 323 a.c.
El padre de Alejandro era Filipo II de Macedonia, que para aquellos que no les suene fue el que puso a todo el mundo griego bajo el mando de los macedonios, un reino que limitaba con Grecia. Hay que decir que Filipo II murió asesinado y no pudo conseguir lo que más deseaba en su vida: vencer y anexionarse para sí el imperio persa, que por así decirlo eran los archienemigos de los griegos. El asesinato de Filipo II tiene un transfondo muy oscuro y hay multitud de teorías sobre quién pudo estar detrás del crimen: desde su primera esposa de la cual se había divorciado, hasta los persas o incluso el propio Alejandro que logró acceder bastante pronto al trono.
Las conquistas militares de Alejandro.
Las practicas de guerra de Alejandro eran heredadas de su padre. La genialidad de su ejército venía porque contaba con un poderoso ejército que manejaban una especia de jabalinas de gran tamaño pero también contaba con jinetes, la caballería en la que mediante la técnica del martillo y el yunque acumulaba importantes victorias. La técnica consistía en que los jinetes rodeaban velozmente a las fuerzas enemigas y los hoplitas atacaban por el centro, venciendo con facilidad. Por ejemplo en la batalla de Gaugamala Alejandro contaría con 47000 hombres y Darío (rey persa) con unos  120.000. Alejandro salió victorioso.
Egipto: las primeras batallas que llevo a cabo Alejandro fueron en la costa fenicia, donde logró abrirse camino hacia Egipto. Allí Alejandro fue recibido como un liberador después de haber estado bajo el dominio persa durante más de dos siglos.
Mesopotamia y Babilonia: el imperio persa fue puesto en jaque mate en el año 331 cuando Alejandro vence a Darío en la batalla de Gaugamela que le abrió las puertas de Babilonia, Susa y Persépolis. Se convirtió en dueño y señor del imperio Persa por derecho de conquista.
Alejandro siguió adelante conquistando durante cuatro años el este de Irán con agotadoras batallas y grandes éxitos y posteriormente, desde el año 327 llegó a la India , que se encontraba fragmentada en reinos independientes y enemigos entre sí.  Destaca la batalla que tuvo con Poros, uno de esos reyes, donde Alejandro se enfrentó a elefantes de guerra, algo que jamás habían visto los griegos.
Avanzaron hasta el afluente más oriental del Indo, hasta el río Hifasis, pero tras ocho años de batalla y 18.000 km de marcha y sobre todo, porque lo que había más allá era totalmente desconocido, el ejército se negó a continuar y Alejandro tuvo que dar media vuelta.
Alejandro se instaló en Macedonia, la nueva capital del reino y murió en extrañas circunstancias en el año 323 ac.  La muerte seguramente no fue natural. Hay que decir que con el tiempo Alejandro se fue aproximando cada vez más hacia lo que era un soberano de tipo persa, lo que en resumidas cuentas entendemos hoy como un déspota con connotaciones religiosas. Los macedonios, que seguían teniendo mucho peso en el gobierno, eran más bien de la opinión de que la realeza era uno más entre ellos, y entonces el papel de soberano despótico que practicaba Alejandro no le gustaba a todo el mundo.
Los sucesores de Alejandro difundieron el saber griego a través de tres grandes reinos: el Seléucida, Ptolemaico y Antigónida.  Se entiende como un periodo intermedio entre la muerte de Alejandro y la batalla de Accio donde se produce la muerte de Cleopatra y Marco Antonio en el año 30 a.c.

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